ABOUT THE EXHIBITION




ENG

With Kith and Kin: A Rewilding of Sound and Form, Melissa Foss boldly advocates, with beautiful objects and a multi-sensory exhibition, for a radical departure from the present status quo of modern life. In a world in which urban citizens are consumers of mass-produced products, music, customs, and messaging, Foss marches to the beat of her own (handmade, self-tuned) flute. 


Kith and kin is a phrase often used today to refer to friends and relatives. But kith is derived from an Old English term that originally applied to the land and one’s knowledge and familiarity with it. This exhibition, and especially the central collection of different kinds of musical instruments, represents the process of Foss’ re-rooting into her land of origin after a residency of twelve years in Argentina. The instruments riff on natural forms of plants, birds, and animals, drawn from her memories of time spent outdoors in Maryland, Vermont, and Argentina. While Foss takes her most direct inspiration from her own family and personal anecdotes with the formal qualities of these works, these musical instruments also illustrate all that she has learned from research into ancient Indigenous instruments of the Americas, where for thousands of years many different cultures researched sound technology in depth and made close studies of other living beings as inspiration for their own instruments for thousands of years.


While kin, as well as kinfolk, and kinship, are words still used frequently in the present day, Foss asks us to take on an ancestral American understanding of the meaning of kin, in which animals, plants, minerals, and the landscape itself are a part of the broader family of living things of which humanity is a part. Many ancient musical instruments acknowledged kin through reverent representations that combined elements of different natural and sacred beings, and these contemporary instruments encourage us towards a celebration of our living world as well.


In this exhibition, Foss offers visitors alluring and thought-provoking objects as well as the music that they can make. She roots viewers into a compelling visual and sonic portrait of her own experiences in and with the wild spaces of Maryland and beyond. 
The works on view are deeply personal, yet also perfectly illustrate Henry Wadsworth Longfellow’s observation that “Music is the universal language of mankind.” 


Words by Ellen Hoobler



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ESP
Con Kith and Kin: A Rewilding of Sound and Form, Melissa Foss aboga audazmente, con hermosos objetos y una exhibición multisensorial, por un alejamiento radical del estatus quo actual de la vida moderna. En un mundo en el que los ciudadanos urbanos son consumidores de productos, música, costumbres y mensajes producidos en masa, Foss marcha al ritmo de su propia flauta (hecha a mano y afinada al oído).

Kith and kin es una frase que se usa a menudo hoy en día para referirse a amigos y parientes. Pero kith se deriva de un término en el inglés antiguo que originalmente se utilizaba para referirse a la tierra y al conocimiento y familiaridad con ella. Esta exhibición, y especialmente la colección central de diferentes tipos de instrumentos musicales, representa el proceso de reconección de Foss para con su tierra de origen después de una residencia de doce años en Argentina. Los instrumentos juegan con las formas naturales de plantas, pájaros y animales, tomados de sus recuerdos de momentos en la naturaleza en Maryland, Vermont y Argentina. Si bien con las cualidades formales de estas obras Foss se inspira más directamente en su propia familia y anécdotas personales, estos instrumentos musicales también ilustran todo lo que ha aprendido de la investigación de instrumentos indígenas de las Américas, donde por miles de años diferentes culturas investigaban en profundidad la tecnología sonora y realizaron estudios minuciosos de otros seres vivos como inspiración para sus propios instrumentos.

Si bien kin, así como kinfolk y kinship, son palabras que todavía se usan con frecuencia en la actualidad, Foss nos pide que adoptemos una comprensión ancestral estadounidense del significado de kinship o parentesco, en la que los animales, las plantas, los minerales y el paisaje mismo son parte de la familia más amplia de seres vivos de la que forma parte la humanidad. Muchos instrumentos musicales antiguos reconocían a los demás seres vivos a través de representaciones reverentes que combinaban elementos de diferentes seres naturales y sagrados, y estos instrumentos contemporáneos también nos animan a celebrar nuestro mundo viviente.

En esta exposición, Foss ofrece a los visitantes objetos atractivos que nos invitan a la reflexión, más también nos trae la música que pueden producir. Sumerge a los espectadores en un convincente retrato visual y sonoro de sus propias experiencias en y con los espacios salvajes de Maryland y más allá. Las obras expuestas son profundamente personales, pero también ilustran perfectamente la observación de Henry Wadsworth Longfellow de que “la música es el lenguaje universal de la humanidad”.


Palabras por Ellen Hoobler
Each instrument is unique, handcrafted by Melissa Hyatt Foss